domingo, 1 de junio de 2014

I just want to be strong

Capítulo 33
Santo


PARTE I



¿Alguna vez sentiste esa sensación de desesperación? Y cuando digo esasensación, me refiero a ese sentimiento de no saber contigo misma. No sabes si correr, llorar, enojarte, o decepcionarte porque se hayan rendido tan fácil contigo.
Pero mientras pensaba eso último me sentí una idiota. Andy había visto lo peor de mí: Megan borracha, enojada, con el corazón roto, irritable y últimamente estaba bastante segura de que veía a una Megan perdida y triste todos los días. 
Entonces, ¿tenía algo de culpa? Sí, pero realmente, ¿podía culparlo? Porque hay una gran diferencia. 
Andy podría haberse ido en el momento en que las cosas se pusieron difíciles —yo me puse difícil—, pero había aguantado bastante de mi mierda años enteros. 
Y en ese momento los recuerdos vinieron como flashes, segando todo lo demás…
Sus partidos de partidos de fútbol a los cuales no asistí por falta de interés, la cantidad de veces que lo deje plantado por reunirme con Lauren a último minuto, sus castigos que recibía por encubrirme…
¿Si quiera merecía haber sido su amiga por tanto tiempo? Si hubiera sido yo, le hubiese dado una patada en el trasero para que se atragante con sus propios intestinos y vaya a joder a otra parte. 
¿Cómo pude haber estado tan ciega? ¿Tan concentrada en mis propios problemas que ni siquiera me di cuenta que estaba destrozado por Cassie? 
Yo era una amiga de mierda. De las peores. 
No merecía a alguien como él para ser mi amigo, y fui una total tonta por no valorar lo que tenía cuando estaba en frente de mí.
Pero había algo que me impedía llorar o expresar mi dolor: ¿Cómo podría nuestra amistad terminar así? ¿Estaría Lauren para mí de la misma manera en que lo estuvo Andrew?
Sabía la respuesta a eso. 
Y tal vez esa pregunta me dio más respuestas de las que necesitaba. Un verdadero amigo no te deja en el momento que más lo necesitas, y Lauren lo hizo incontables veces en el pasado.
No es mi verdadera amiga. Pero ahora no tengo a mi mejor amigo verdadero, y es una mierda.
Me dije que tenía que respirar e irme lentamente de la habitación, y luego reflexionaría sobre que hacer luego, pero era tan complicado dejar ir a otra persona en menos de un año, que sentía que todos se estaban llevando las mejores partes de mí misma, y habían dejado solo malos pensamientos y sentimientos. 
Me sobresalté cuando la puerta se cerró de golpe, y cuando me volteé, no podría creer lo que estaba viendo.
No fue como ver a Jesús, ni siquiera una experiencia religiosa, pero el hecho de ver a Andy parado ahí era algo tan normal y mundano que hizo que mi garganta inspire aire fresco.
Sin pensar en nuestra pelea, corrí hacia él y lo apreté en un abrazo. Mi amigo levantó los brazos, un poco sobresaltado por mi actitud.
— Lo siento, lo siento, lo siento. — Musité apresuradamente.
— Mmm… ¿esta bien? 
Lo solté. Y luego golpeé su estómago con fuerza.
— Mierda. — gimió y se lo agarró con ambas manos. — ¿Dos veces en el mismo día? ¿En serio?
— ¡Me asusté, idiota! Pensé que te habías ido. — Crucé mis brazos.
— A Lauren no le gustaba su habitación. — Dijo con fastidio. — Estuvo probando todas las de la casa, y parece que la mía le encanta. Que coincidencia.
— ¿Por qué cediste tan fácil a algo que Lauren quería? No es algo común en ti. 
— Créeme, no fue fácil. — Alzó sus cejas hasta el comienzo de su cabello negro azabache. 
— De todas maneras… pensé que te habías ido. 
— ¿Quieres que me vaya? — Preguntó con el ceño fruncido.
— ¡Claro que no! — Le grité, horrorizada con la idea. — Andy, todo el mundo tiene peleas. Eso no amerita a que destruyamos una amistad.
— Fui un idiota, también. — Admitió a regañadientes. — Siento haber gritado como un prepotente adolescente, pero además siento haber querido controlar tu vida.
— No, tenías razón. — Me apresuré a pararlo. — Caden, tú, Livvie… ustedes son mis verdaderos amigos, y si Damon no fuera mi hermano también lo incluiría en esa categoría. Pero no a Lauren. Nunca a ella. 
— ¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo? — Alzó una ceja. — ¿Lauren es la reencarnación del diablo? ¿La hermana gemela de Emily Rose? Vamos, vamos… quiero escuchar las palabras exactas. — Comenzó a mover las manos y le pegué un manotazo.
— Basta, tonto. — Puse mis ojos en blanco. — Estás exagerando, chico malvado.
— Yo soy un santo. — Puso una mano en su corazón. — Un jodido santo en comparación con esa loca bruja. — Abrí mi boca y me silenció. — Y sabes que los santos no mientes, Blaze. Los santos y los niños nunca mienten. Eso dice el dicho.
— Los borrachos. — Corregí. — Los borrachos y los niños no mienten.
— En mi caso es lo mismo. — Sonrió y me eché a reír.
— Entonces, ¿te quedarás? — Pregunté, y él suspiró pesadamente.
— Bien, bien, bien. — Alzó sus manos. — Si tanto insistes, me quedaré.
Mi cara se dividió en dos cuando sonreí, y Andy se rió de mi expresión. 
— Vamos, tengo hambre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario